Y los cráneos de las marcas ahora convierten ese contratiempo en un gran negocio gracias a esos hinchas que no sienten vergüenza de ponerse cualquier cosa. Federación Española de Foot-ball e invitándole a enviar un delegado propio a las reuniones para su creación. Nadie más tendrá una camiseta igual. Pero que existan hinchas que pagan más de dos mil pesos por una remera absurda es, siendo generoso, una estupidez. Pero hay algo peor que los que fabrican ropa ridícula y los que usan ropa ridícula: los que compran ropa ridícula.