Todo ocurrió en la Liga de Campeones 2008/2009. El Inter jugó un partido ante el Fenerbahçe turco en Milán y en él lució la camiseta de San Ambrosio. Tras este encuentro, un tal Baris Kaska, abogado turco, camiseta japón mundial denunció ante la UEFA y la FIFA al Inter por «manifestar de forma explícita la superioridad racista de una religión» con esa camiseta. Una opción sólida para vestir tanto dentro como fuera del estadio.