Pero la industria textil es una maquinaria imparable. Según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur, entre el año 2000 y el 2015 la producción textil se duplicó en el mundo, superando los 100.000 millones de prendas anuales. Hemos caído en la trampa de la moda compulsiva en continua renovación, del estreno en temporadas cada vez más cortas, de la ropa barata y de mala calidad, del bombardeo publicitario empeñado en que compres, compres, compres constantemente, sea lo que sea, pero compra, no te pongas todos los días la misma ropa, que te miran, te critican, te señalan como repitas modelo.