Poseen una imaginación ilimitada; todos tienen historias para contar. En los laterales diversos Santos encerrados en vitrinas (algunos de ellos con espejos colocados en el cuerpo en los que se supone que al verse reflejado sienten que se encuentran bajo el amparo del Santo), alguna que otra gallina deambulando por el lugar y al lado de cada persona que está rezando en maya una botella de refresco o Coca-Cola de la que cada cierto tiempo tomando un trago.