Algunos artistas de esta época retomaron los elementos del kitsch en sus obras, como los artistas franceses Pierre et Gilles, célebres por sus representaciones ridículas que se alimentan con la imaginería religiosa, el arte pop, el homoerotismo, creando una fuerte identidad propia, o el artista canadiense-mexicano Alan Glass, con sus cajas de arte objeto. Susan Sontag planteaba que el camp era una atracción a las cualidades humanas que se expresaban por sí mismas en «tentativas falsas de seriedad», teniendo estas cualidades un particular y único estilo que reflejaba la sensibilidad de la época.