Llegó la final en el estadio Monumental de Buenos Aires; Argentina se puso en ventaja con gol de Kempes, quien tras pase de Luque, tocó al gol ante dos defensores neerlandeses y la salida del arquero. Una vez transferido de Rosario Central a Valencia de España, Kempes volvió a vestir la casaca albiceleste de forma oficial recién en el mismo Mundial de 1978; llegó a éste como el único futbolista del plantel argentino que jugaba en el extranjero.